sábado, noviembre 21, 2009

De leñadores galácticos, perros extraviados y los Beatles

Si algún día te encuentras paseando con tu perro por el desierto, no dudes en provocarte un desmayo cerca de una zanja. Uno nunca sabe cuándo será que un leñador te rescatará llevándote a su cabaña en una realidad alterna. Al despertar, encontrarás tres o cuatro álbumes de los Beatles, inéditos en nuestro conflictivo universo cartesiano. Un tal James Richards nos hizo el favor de robarse el primer cassette. Aventúrate por el resto.
Yoko existía, qué más da. Los Fab four nunca se separaron en ese mundo de leñadores salvavidas. Y para muestra, este álbum collage que pretende abrirse paso por la masa espesa de nuestra incredulidad. La mezcla de nostalgia con curiosidad es la constante a lo largo de sus once piezas de larga duración. A quién le importa si es repetitivo. Descubrir los sonidos que componen este pastiche se convierte en una discusión interior con el señor Richards.
Dale click acá para bajar el disco. Léete la historia. Ríe, llora y muéstrate desconcertado junto con el afortunado desmayado en el desierto.

Por canciones como Talking to myself, Anybody else y Saturday night, bien vale la pena hacerse fan de los fans de los Beatles.

Sci-fi, geeky memorabilia, advanced copy-paste: this is Everyday Chemistry.


lunes, noviembre 16, 2009

Una tentación reiterada de sumergirme en algo con alguien 

(pero esto significa exponerse)

domingo, noviembre 15, 2009

jueves, noviembre 05, 2009

Después de haber abandonado siete blogs consecutivamente a lo largo de este año, encuentro una inmensa dificultad para que comiencen a fluir las ideas. Hubiera podido decantarme una vez más por el pastiche, hoy en día tan aplaudido y justificado. ¿Es acaso que finalizó la época de las cartas, de la firma al pie de página? Tal vez buscamos que la obra de otro nos valide, como leer Rayuela y sentirse la Maga. No me gustan las mujeres que se identifican con ella, como si tuvieran un aura bohemia que convirtiera su masoquismo en algo sublime. Tal vez soy yo la mala lectura de Rayuela. Tal vez todos nosotros provenimos de alguna mala lectura de Cortázar.